Renovación novelística de principios de siglo

Esta fue una clase especial, me acuerdo que acabábamos de volver de organizar la carrera  por sarrià y que no habíamos hecho ninguna clase en todo el día, por lo que estábamos bastante desmadrados. Mari Carmen lo detecto enseguida por lo que se puso ha escribir en la pizarra hasta que consiguió captar nuestra atención, entonces es cuando empezó a explicar.

A principios del siglo XX hubo una renovación novelística por parte de los escritores del grupo del 98 en la cual introducían en sus novelas elementos innovadores que hasta el momento no se habían visto.
Esta renovación novelística la podemos ver concretamente en el año 1902 con la aparición simultánea de cuatro obras que son las siguientes: Voluntad (Azorín), Camino de perfección (Pío Baroja), Amor y pedagogía (Unamuno) y Sonata de otoño (Valle Inclán).
En estas cuatro novelas podemos  ver cuatro constantes innovadoras que son lo que demuestra esta renovación. Estas cuatro constantes son las siguientes:
  1. La historia pierde relieve, esto sucede porque las novelas dejan de publicarse por fascículos y por lo tanto no tienen que atraer al lector con una historia emocionante para que continúe leyendo el siguiente fascículo. Gracias a esto el contenido, las ideas y el discurso adquieren mucha importancia.
  2. Fragmentación en estampas (cuadros, momentos) que coinciden con la percepción de los protagonistas. A causa de esto se podría "extraer" (eliminar) las diferentes partes de una novela y no pasaría nada (en parte, no es completamente cierto)
  3. "Dramatización": En las cuatro novelas se ve una tendencia de representar lo que los personajes sienten, piensan y hacer como si los personajes mismos dialogaran. El narrador se mete en la piel del personaje protagonista y adopta la percepción, la manera de ver las cosas del protagonista. En vez de lo que se había visto hasta el momento, que era un narrador externo que nos dice lo que hace el protagonista explicado desde fuera. En este nuevo modelo el Narrador deja de ser autónomo, se mete en el personaje y narra la historia asumiendo su vocabulario, su percepción y su manera de ser. Esto es una fusión entre el narrador y el personaje. Como dice Mari Carmen: " el narrador se "borra" para permitir que sean los personajes los que se expresan por si mismos".
  4. El lenguaje utilizado es muy escueto, concreto y sin muchas florituras (visualizaciones), un lenguaje muy directo, breve y conciso. En definitiva un lenguaje antiretórico (no utiliza figuras retóricas para embellecer la obra). En este punto podemos encontrar un paralelismo con los cuadros impresionistas dado que solo utiliza una selección de los rasgos principales para crear la obra.

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